ALFARO FRENTE A LOS MANABITAS.
Joselías Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2022-06-25.
Hola, estimados lectores. En este DÍA DE LA PROVINCIALIZACIÓN, les planteo esta pregunta: ¿Podrán los manabitas del siglo XXI interpretar adecuadamente la filosofía alfarista para superar la colonialidad del poder y la cultura de la queja, presente en los manabitas de esta contemporaneidad?
Tres elementos vertebran el contexto de esta pregunta: Manabí, Alfaro y la colonialidad del poder.
Espero que la respuesta no argumente el paro nacional que, iniciado por el pueblo indígena, se está generalizando en muchos lugares del país.

MANABÍ.
El primer elemento: Manabí, con su identidad cultural cholo – montuvia que representa al territorio de Cancebí, escenario de la forja de la nacionalidad ecuatoriana y de la modernización de la República.
Manabí y los manabitas nos reunimos en este “MES DEL MANABITISMO” para evocar fechas y hechos claves, presentes en la memoria colectiva de sus habitantes.
Cito al 5 de junio, que evoca la Revolución Liberal Radical, iniciada en Colorado, Montecristi (1864) y su triunfo en Guayaquil (1895)
Los natalicios del Cacique Gobernador, Manuel Inocencio Parrales y Guale (Jipijapa,17 de junio de 1745); de María Isabel Muentes de Alvia (Montecristi, 20 de junio de 1838); y del Gral. José Eloy Alfaro Delgado (Montecristi, (Montecristi, 25 de junio de 1842).
La llegada a Quito desde Guayaquil, el 25 de junio de 1908, del ferrocarril trasandino, testimonio de la unidad nacional integrado Sierra y Costa. Obra alfarista ejemplar.
La creación de la provincia de Manabí con los cantones Portoviejo, Montecristi y Jipijapa el 25 de junio de 1824.
El inicio de labores de la Universidad Técnica de Manabí el 25 de junio de 1954, un homenaje a su gestor fundador, Ing. Paulo Emilio Macías Sabando. La UTM fomenta el Manabí universitario del siglo XXI.

ALFARO.
El segundo elemento es Alfaro, nacido en Montecristi el 25 de junio de 1842. Líder de la revolución liberal radical que, tras una campaña de 31 años iniciada el 5 de junio de 1864 culminan con su triunfo en Guayaquil el 5 de junio de 1895.
Colorado de Montecristi es el escenario de la primera revuelta montonera. Los cholos de Colorado y la decisión de Isabel Muentes de Alvia, alientan el nacimiento de revolución. Varios de estos montoneros son fusilados en Montecristi y Jipijapa. La posteridad reconoce a Isabel como la primera montonera de la revolución.
Rebeldía, irreverencia, coraje, perseverancia, decisión, humanismo, lealtad y honestidad, son palabras que describen el carácter invencible de Don Eloy, el Viejo Luchador, el Montonero de Montecristi, el General de las mil derrotas, el Garibaldi Americano, el Cholo Alfaro, el Indio Alfaro, el Diablo Alfaro, como lo llamaban sus opositores, detractores y enemigos.
Alfaro, gestó y lideró la más grande revolución del Ecuador. Es el padre del liberalismo en Ecuador. Gobernó al país durante dos períodos: de 1895 a 1901 y desde 1906 a 1911.
En estos once años, las transformaciones del alfarismo pueden resumirse en estos cuatro grandes hechos, acciones y tendencias:
1) La promoción de la economía liberal; 2) Las transformaciones jurídico-políticas; 3) Los cambios ideológicos – culturales; 4) Las políticas sociales.
Con Alfaro se crea un nuevo Estado.
Su legado sigue vigente entre muchos ecuatorianos. Un hombre eterno de sólo 70 años de vida, que dedicó 31 años a su lucha revolucionaria y sólo 11 años de gobierno para modernizar el Estado ecuatoriano.
Alfaro es un paradigma. A lo largo de la historia política del siglo XX, su legado desencadenó movimientos políticos y sociales de diferente esquema y tendencias. Así surge el movimiento guerrillero de los “Alfaro Vive Carajo”. También el Frente Radical Alfarista, un partido político liderado por Abdón Calderón Muñoz, quien fuera asesinado por la dictadura militar de Poveda Burbano.
Por esta gesta histórica es proclamado “Héroe nacional, héroe insignia del Ecuador, signo de la Patria, ejemplar voluntad como gobernante, militar y ciudadano. Paradigma de las generaciones que le suceden”, como lo declara, desde el 2003, el Decreto Ejecutivo No. 878 suscrito por el presidente, Dr. Alfredo Palacio González.

COLONIALIDAD DEL PODER.
El tercer elemento es la colonialidad del poder que, en nuestro Ecuador podría denominarlo centralidad del poder político, un viejo argumento que sigue presente en las decisiones de los gobiernos de turno.
La colonialidad del poder se cita como un reto a superar con el análisis y comprensión del pensamiento de Alfaro.
Bolívar nos liberó del poder político de la colonia española, pero el proceso cultural de la matriz colonial, tras 500 años de dominación, permanece instalado en el imaginario colectivo como racionalidad única, como hegemonía social y material, como proceso educativo sucursalista, como agenda de la información y de la comunicación, como instrumento de la economía mundial y del ejercicio político.
COROLARIO.
Sobre aquello, los/as manabitas/as de este siglo, debemos reflexionar y analizar críticamente, en todos los encuentros familiares y ciudadanos. Los manabitas requerimos nuevas formas de pensar, sentir y construir conocimiento por medio del diálogo abierto, horizontal y crítico
Los invitamos a mirar sus ciudades, su región y su país, con sueños nuevos, con sueños imposibles. El futuro debe ser construido desde el presente comprometido. (Josar, 2018-06-25)
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