Agradecimiento
¡DIOS LOS BENDIGA!

Joselias, 2022-03-07
Mi corazón sigue palpitando de alegría y rebosante de gratitud. Dios los bendiga a todos, por sus espontáneas manifestaciones de aprecio y cariño.
Me estoy sintiendo como un niño cuando empiezo a vivir mi año 79 en este centenario cantonal de Manta. Pido a Dios: vida, mientras preservo la salud para seguir aprendiendo de cada uno de ustedes.
Cuando finaliza el pasado siglo XX escribí sobre el centenario de la cantonización de Manta. Continué, al iniciar este siglo. Lo sigo haciendo como una divulgación de la memoria histórica para que los niños que nacieron en el año 2000 y que hoy tienen 22 años, para quienes nacieron en el 2010 y hoy tienen 12 años y para que quienes nacen en los años de la pandemia crezcan en una ciudad donde todos los sueños son posibles.
Hay muchos mitos en estos años. El aprendizaje de los niños es sobre los derechos. Debería ser sobre sus deberes y sus sueños, porque cada deber genera un derecho que debe exigirse si no se cumple y porque cada sueño debe emprenderse hasta lograrlo.
La cultura de hoy enfatiza en la pobreza, el hambre, el calentamiento global y en la corrupción. La corrupción genera desconfianza; la sociedad desconfía de todo y de todos; debemos recuperar la honestidad. El calentamiento global nos impone restricciones pero nosotros no destruimos la naturaleza. El hambre nos hace pedigüeños, nos humilla y junto a lo que llaman pobreza nos vuelve vulnerables; nos obligan a decir que somos pobres para recibir. Frente a ello hay una desesperación por la riqueza monetaria. Cambiemos de pensamiento.
Construyamos nuestra propia cultura, valoricemos nuestra vida, pensemos diferente creyendo en nuestras propias fortalezas que no necesitan ser premiadas ni reconocidos. Lo más importante es la “Calidad de Vida”. Es la verdadera riqueza de la vida humana. No se necesita acumular “dinero” para vivir con alegría, en paz y para alimentarse con lo que nos da la naturaleza, para convivir respetando los derechos de los demás. A la “calidad de vida”, unos la llaman bienestar, es decir, estar bien; otros la llaman “buen vivir”, otros le dicen “felicidad”, otros la reconocen como “progreso”. Pero, la cultura del consumismo nos impone su definición: la calidad de vida se logra con dinero y trabajando sin descanso y ahorrando hasta lo que no se tiene.
Comparto las ideas de Rutger Bregman en su “Utopía para realistas”. Sólo soñando con lo que parece inalcanzable la sociedad puede hacer posible las cosas buenas.
En 1968, en las paredes de La Sorbona, París, aparece una frase: “Seamos realistas. Pidamos lo imposible”. En este año del centenario de la cantonización de Manta pido a los mantenses: Seamos realistas. Soñemos lo inalcanzable. Pidamos lo imposible.
Vale, conciudadanos. Gracias por vuestras palabras. Soy vuestro aprendiz, en un proceso de aprendizaje hasta mi muerte.
Vive Dios. Soy Joselías, hijo de don Víctor y de doña Cruz María a quien rindo homenaje en el Día Universal de la Mujer porque ella me dió la vida. ¡Qué fabuloso derecho! Sólo la mujer puede engendrar la vida. Gracias mamy Cruz.
Vive Dios, Soy Joselías, esposo de Cecilia. Ella es compañera de mis cuitas, amante de nuestras pasiones, cómplice de mis atiborrados sueños. Si a mi madre le debo la vida. A ella, a Cecilia, le debo mi alegría y mis logros. ¡Ah, Cecilia!, ella preparó, como todos los años, este pequeño encuentro que llenó de alegría mi corazón. En Cecilia, rindo homenaje a la mujer en su Día Universal porque sólo la mujer – cónyuge es capaz de producir estos sosiegos y los hijos que iluminan nuestras vidas.
¡DIOS LOS BENDIGA!
(Joselías, 2022-03-07).
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