23 de abril
EL LIBRO QUE ME ACOMPAÑA.
Joselías, 2024-04-23
No sé por qué siento el agradable olor de las páginas del libro. FIN.
Llegué al final. La Inquietante música de los árboles al compás del viento marinero acompaña la soledad de un hombre caminando por el parque. ¿Qué irá pensando?
A su lado, separado, pasea también a solas una mujer. ¿Serán una pareja?
¿Cómo saberlo?
El ruido de los carros del malecón no los perturba. La separación es una muralla de silencios. Caminan, tal vez, cansados el uno del otro, tantas nostalgias habrán soportado juntos, cuántas discusiones destrozando las palabras, miradas furiosas encontradas en las desavenencias. La alegría ha sido vencida
A solas, separados, caminando, los árboles, la gente, el viento. Todo parece ausente. Dos extraños en el parque, por casualidad se encuentran.
De pronto, de las manos de la mujer cae un libro. Se agacha para recogerlo. El extraño hace lo mismo. En esa acción, por accidente, se tocan las manos. Ella, sonríe. Gracias, dice. Él sonríe. Se miran. Ahora caminan juntos. Todo ha desaparecido. Sólo ellos dos existen caminando juntos.
Eso fue ayer, un ayer lejano en el tiempo.
¿Por qué ahora vuelven a caminar separados?
El algarrobo ha crecido. El Nin también. El viento tropieza sus ramas. El leve sonido la sobresalta. El libro cae de sus manos. Al agacharse también el hombre se agacha. Las manos recogen el libro. Los rostros se miran. Las sonrisas surgen de ambas miradas.
Una música de árboles acompaña el momento.
La separación desaparece. La soledad se ha ido. Las manos se han juntado. El caminar tiene compañía. La alegría se convierte en trinchera que hay que defenderla. Hoy, es el Día del Libro. (Joselías, 2024-04-23)
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