JAIME ROLDÓS AGUILERA, EJEMPLO DE LIDERAZGO POLÍTICO.
Joselías Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2023-05-24
Jaime Roldós Aguilera, el trigésimo tercer presidente constitucional del Ecuador, falleció en un trágico accidente aviatorio el 24 de mayo de 1981 mientras viajaba a Loja, luego de condecorar a los héroes de Paquisha en el Estadio Olímpico Atahualpa de Quito.

En horas de la tarde, mientras volaba a Loja, el avión presidencial se estrelló en el cerro Huayrapungo. Con él fallecen otras personas, entre ellas, su esposa, Ab. Martha Bucaram y el ministro de defensa Marco Subía Martínez.
Roldós Aguilera, un joven abogado guayaquileño de 38 años, con el respaldo del partido Concentración de Fuerzas Populares – CFP-, lideró el retorno democrático después de casi una década de dictaduras, siendo elegido con más de un millón de votos. Se posesionó como presidente el 10 de agosto de 1979
En su corto mandato dispuso la reducción laboral a 40 horas semanales y duplicó el salario mínimo a los trabajadores en 4.000 sucres lo que alentó a las clases populares y lideró el tema de los derechos humanos en un América gobernada por dictaduras militares.
Su muerte, hace 42 años, sepultó las esperanzas de miles de jóvenes ecuatorianos, pero dejó, su “Carta de conducta” en el seno de los países del Pacto Andino que lo firmaron en Riobamba el 11 de septiembre de 1980, documento que recoge la doctrina de respeto a los derechos humanos”.
SU ÚLTIMO DISCURSO
Su “Este Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la Patria!”, sigue resonando en los oídos de los ecuatorianos del 24 de mayo de 1981 en el Estadio Olímpico Atahaulpa donde condecoró a los héroes de Paquisha.
Este último discurso es una lección y una denuncia social y política que los ecuatorianos de hoy deben reeler porque pareciera que la historia de ambición y ceguez política sigue imperando.
EXTRACTO.
«Hemos avanzado 21 meses, bajo un gobierno constitucional, cuando significa en países como el nuestro en los que ganar la estabilidad democrática, implica conquistarla día a día.
Ecuatorianos, fuimos serios y honestos. Seguimos siendo serios y honestos en todos y cada uno de nuestros planteamientos. Que no sean las palabras sino las obras, las que den el testimonio de nuestras intenciones. Es hora del trabajo, el esfuerzo y la solidaridad, no de los paros, huelgas, amenazas, incomprensión o rumores. Probemos el amor de la Patria cumpliendo cada quien con nuestro deber. Nuestra gran pasión es y debe ser el Ecuador. Nuestra gran pasión, oídme; es y debe ser el Ecuador.
Este Ecuador que no lo queremos enredado en lo intrascendente, sino en lo valeroso, luchador, infatigable, forjando un destino de grandeza. El Ecuador heroico que triunfó en Pichincha, el Ecuador de los valerosos de hoy, heroicos luchadores de Paquisha, Machinaza y Mayaicu, inmolados en estas legendarias trincheras. El Ecuador heroico de la Cordillera del Cóndor. El Ecuador eterno y unido en la defensa de su heredad territorial. El Ecuador democrático, capaz de dar lecciones históricas de humanismo, trabajo y libertad. Este Ecuador Amazónico, desde siempre y hasta siempre. ¡Viva la Patria!».
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