Educación, arte y cultura Manta centenaria

Pedro Gil Flores.

Pedro Gil, nace en Mayo 1971, muere en enero 2022. “Yo no quiero ser leyenda, quiero ser escritor, nada más”

PEDRO GIL FLORES.

Joselias Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2022-01-30

Hola, amigos. Se nos fue Pedro Gil. Se nos fue sin decir nada. Se fue en silencio como la tarde rinde tributo al día con sus sorprendentes arreboles.

Tras el chispazo de sorpresa, las redes sociales se llenaron de palabras. Las palabras narraban los recuerdos, los adioses, los pesares o repetían sus versos. Las organizaciones de cultura publicaron las notas de condolencia mientras los poetas y escritores escrudiñaron sus versos para describir al amigo, al genial poeta, al más bacán y al hombre que no le temía a la muerte pero sí, a la agonía. Contrastes de la vida.

José Ramón Moreira A., periodista y empresario de Tarqui, parroquia donde nace el poeta Pedro Gil, comenta: “Feliz Él, hizo lo que quiso, vivió como quiso, SEMEJANTE POETA, su musa, su grande inspiración fue esa rebeldía callejera, ese mundo incomprendido para los que nos decimos normales, comunes, definitivamente los genios de esa naturaleza no son terrenales.”

ADIOSES.

Diana Zavala, periodista y poetisa, le pregunta: “Maestro, si siempre caíste de pie como los gatos, si 17 puñaladas no fueron nada, cómo es posible que llegues puntual por primera vez a una cita…”

Desde su redacción, el periodista Freddy Solórzano le dice “Adiós poeta y amigo” para compartir la “Breve biografía” que Pedro mismo escribiera. Alli nos recuerda que “La muerte, como la vida,

tiene demonios” y pregunta:

“Aquí tengo mi talento. El Poema.

El que salí a buscar

desde la entrepierna de mi madre.

¿Qué hago con él? ¿Se los doy? ¿Lo quieren?

¿Me lo como? ¿Qué hago?”.

Y, mientras Luis A. Arias Toala le pide “Un abrazo al infinito”, Alberto Palacios Palma, ensaya una pregunta: “Y  ahora… ¿Quién le escribirá poesía a la marginalidad?”. Tal vez por ello, en Nueva York, David Ramírez lo considera: “el creador más irreverente de las últimas cuatro décadas”.

El folklorista más grande del Ecuador, Wilman Ordóñez, desde Guayaquil lo despide: “¡Adiós Pedrito querido!… Tu grandeza de hombre humano, muy humano; de poeta, genial poeta de tu generación, de escritor de tantos y buenos libros que escribiste, hará que tu obra trascienda por siempre en la literatura y en la historia de la poesía de un Ecuador hoy marcado por la esquizofrenia y desquiciado por tanta maldad e indiferencia a lo bueno, a la poesía, a lo sensible y a lo humano. ¡Adiós Pedrito!

Encabritado con la muerte, Víctor Arias escribe sus versos y proclama que: “A Pedro Gil habría que reinventarlo”, porque sin él:

“No podrán vivir los más templados

Los más bacanes

Los más humildes

Los desterrados de la vida

Los olvidados de Dios.”

NO HE CAMBIADO DE IDEA.

Hace unos años (2010) cuando en Guayaquil presentó su obra “17 puñaladas no son nada”, Jorge Martillo Monserrate, de Diario El Universo, le pregunta:

Pregunta: ¿Espera vivir y morir en su ley, cómo redactaría su último verso y epitafio?

Respuesta: “He tenido guardaespaldas que me han vendido, sin embargo, Dios es mi guardaespaldas y no me cobra. Ya te lo dije hace algunos años, totalmente ebrio, con diez días de beber, que mi epitafio sería: «Da pena morirse». No he cambiado de idea. Para el último verso todavía no tengo la respuesta.”

LA POESIA EN MANTA

Como presidente del Grupo Cultural Manta, realicé una investigación sobre “La poesía en Manta desde 1970”, ponencia que sustenté en la Casa de la Cultura Ecuatoriana de Manabí. Sobre, Pedro Gil Flores, dije:

“Hay que observar con detenimiento a Pedro Gil Flores. Desde 1989 cuando publica su primer poemario “Paren la guerra que yo no juego”, comienza a erguirse como un poeta diferente. Es una obra tempranera del taller literario de Miguel Donoso.

Dos datos. Uno, que lo publica la Casa de la Cultura del Guayas. Dos, que por esos acasos de la vida, el poemario llega a manos del crítico Hernán Rodríguez quien se sorprende de la poesía sin poses de intelectualismo pero que desborda por su altanería poética y sus versos irreverentes. Así lo publica en sus críticas literarias.

La acogida de Pedro Gil Flores en el país fue extraordinaria, menos en su Manta natal, dice la Editorial Mar Abierto donde se publicarán otros poemarios de este autor que recuerda a Hugo Mayo y su vanguardismo, aplaudido por la crítica internacional pero impublicable en su país.

Pedro Gil Flores, hombre sencillo quien viene escribiendo desde los 13 años, es un poeta del infrarrealismo, un poeta que rechaza la postura tradicional de la poesía, un poeta en el que predomina el intimismo y la subjetividad para construir una poesía basada en recuerdos de la infancia y adolescencia, recuerdos que se endurecen con la realidad circundante de una sociedad que se resiste a la revisión de su moral y sus paradigmas en retroceso.

Escribirá: “así que con el diccionario en el bolsillo circulan las calles/sufren, asisten a los concursos del engaño/ hablan de la artritis de la vecina y de sus libros que no leyeron/ sueñan que metaforsean el mundo/ sueñan con la verga de la eternidad/ y que son inmortales.”

Antes de que finalice el siglo escribirá “Delirium Tremens” (1993) y “Con unas arrugas en la sangre” (1997)”

SIGLO XXI

“Para inicios del tercer milenio Pedro Gil comienza a configurarse como el poeta mantense del siglo XXI. Publica nuevos poemarios: “He llevado una vida feliz” (2001), «Los poetas duros no lloran» (2001), “Sano Juicio” (2003), «17 Puñaladas no son nada» (2010), «Crónico» (2012)

No sólo se sorprende a sí mismo sino que convoca a otros jóvenes en dos talleres literarios. Uno en 1999 y otro al que llamará “Soledumbre”. De estos talleres surgirá una nueva generación de poetas como Roxana Delgado Perero, Alexis Cuzme, Ernesto Intriago, Diana Zavala o Yuliana Marcillo.

Cuando el 21 de marzo del 2000 se celebra por vez primera el Día Internacional de la Poesía proclamado por la Unesco, ya Gil Flores ha logrado fraguar en Manta una poesía de rupturas, ruptura de lo establecido, ruptura de los mitos.”

SEPELIO.

La Ab. Isabel Palma Hugo, en el Faccebook escribe: “… fue un entierro muy sencillo, fue la gente del barrio, muy contaditos sus amigos y amigas más allegados, nadie leyó nada de poesía, ninguna institución envió presente florales, ni tarjetas, ni hubo discursos. Su sepelio fue tan marginal como su poesía.

EN SILENCIO.

Pedro Gil nace en mayo de 1971. Muere en enero del 2022. Para nosotros, los de Tarqui, Pedro nunca fue un extraño. Las veces que nos llamó, estuvimos allí, en las tardes o en la madrugadas. Desde la barriada de Tarqui y desde el callejón de la loma del cementario, en silencio, los tarqueños despedimos al más bacán de los poetas de Manta. (Joselias, 2022-01-30)

Soy la vida hasta que muera. Historiador y cronista de Manta - Jocay, mi ciudad puerto de Manabí, Ecuador. Periodista - Docente en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador - Mis estudiantes me llaman "Maestro de la sonrisa eterna". Mi Facultad me declara "Patriarca de la Facco". Para mis lectores soy un "Diálogo con Joselías". Soy amante de la vida, río a carcajadas, con Cecilia somos una familia de cuatro hijos y nueve nietos, por ahora. Bailamos "chévere". Nací junto a las olas, vivo frente al mar, converso y río con mis padres que siguen iluminando mi vida aunque estén muertos. Mis hijos son maravillosos. Cada uno de ellos me llena de asombros. Los amigos son libros abiertos para la descontextualización de la relación humana. Proclamo la paz y respeto la diversidad.

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