Educación, arte y cultura Historia Manta centenaria

«Helados Piedacita», una leyenda de sabor.

Helados Piedacita, un helado de exquistos sabores convertido en leyenca urbana.

“HELADOS PIEDACITA”,

UNA LEYENDA DE SABOR

Tributo a la Sra. Piedad Pinoargote de Reyes.

Joselías Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2021-06-20.

Hola, estimados lectores. Decían las abuelas mantenses que los sueños se vuelven memorias, las memorias se vuelven tradiciones y las tradiciones se insertan en la cultura popular para repetirlas como leyendas. Al menos, así decía mi abuela.

En Manta, ciudad portuaria de Manabí, Ecuador, hay una leyenda de sabor que surge en cada paladar cuando se degusta un helado, sabores enredados en recuerdos, recuerdos que caminan en la calle América y se detienen en la despensa “Piedacita” de Piedad Pinoargote Montalván de Reyes.

¿Por qué se detienen los recuerdos, en la ahora llamada avenida 3, cerca de la Iglesia La Merced’.

Porque allí y sólo allí, se estancó la tradición de los helados más deliciosos de la comarca, los “Helados Piedacita”.

Eran helados de mágico sabor que todos querían degustar. Los niños que salían de las escuelas. Las jóvenes estudiantes del Colegio Stella Maris. Los trabajadores que regresaban a sus hogares. Los vecinos de los barrios. E, incluso los enamorados, porque se corrió la voz que, si juntos comían los helados Piedacita, vivirían felices para siempre.

DOÑA PIEDAD.

Piedad Pinoargote Montalvan de Reyes, nace en Manta el 16 de mayo de 1931. Siendo niña soñaba con tener una tiendita. Jugaba vendiendo chocolatines y guineos a sus hermanitas “Mi hermano Lorgio fue mi primer cliente, relataba con dulzura.

A sus 20 años, en 1951, se casa con don Ricardo Reyes Vásquez. Procrean dos hijas: Rosita y Gina Reyes Pinoargote. Mientras su esposo trabaja en los buques mercantes que llegaban al puerto, ella tiene la oportunidad de realizar su sueño. Con el apoyo de la Tía Armandina, abre una pequeña despensa cuyo principal producto de venta eran los helados que elabora con Rosita Anchundia Medina quien fue su colaboradora permanente.

HELADOS.

Los primeros helados tienen sabor de tamarindo, frutas, leche, chocolate, que varios niños venden en las pequeñas calles de esta ciudad portuaria y que, por su exquisito sabor, se van volviendo populares entre los niños y sus familias.

Luego vinieron los helados de ron pasa, menta, coco, chicle. El singular sabor de los helados hizo que la clientela creciera rápidamente. No había marketing ni redes sociales ni campañas de marca, solo existía el sabor convertido en tradición que se esparció por las ciudades vecinas como Montecristi y Portoviejo, desde donde venían familias para saborear los helados Piedacita y llevaban 10, 20, 50 y hasta 100 helados para la familia y los amigos.

Se destaca la familia Andrade Viteri comandada por doña Ticha que se ufanaba de su amistad con doña Piedad y llevaba por docenas los helados.

Antes no se hacía fila, eramos pocos los vecinos del puerto, pero frente a la despensa Piedacita se amontonaba la gente para comprar helados.

LA DESPENSA.

La Despensa Piedacita se convirtió en un lugar “icono” de Manta porque, a más de que era la única despensa de la ciudad puerto, allí se podían comprar todos los productos de la canasta familia. “Aquí hay de todo como en botica”, fue la expresión que pronunció un cliente vecino y boticario.

En su Despensa se reunían las damas del puerto, se intercambiaba la información familiar, se comentaban los acontecimientos y también se lamentaban los fallecimientos.

VOZ DE ÁNGEL.

Esta querida y respetada dama tenía una voz maravillosa y formaba parte del coro de la Iglesia La Merced. Ella era solista. Su interpretación del “Ave María” de Franz Schubert, era tan maravillosa que muchos fieles iban a la Iglesia para escucharla. Cuando alguien preguntaba sobre ¿quién es ella?, la respuesta era simple: “Es la señora de los helados Piedacita”.

TRADICIÓN.

La ciudad creció, llegaron los helados de las fábricas, se montaron heladerías, la competencia comercial era normal en una ciudad portuaria de acelerado crecimiento poblacional pero los helados “Piedacita” seguían vendiéndose con el mismo ritmo y clientela.

Murió don Riche, su esposo. Falleció su hija Pochita, pero ella superó todas las tragedias. Su hija Gina contrajo matrimonio con don Luis Yepez Guerra y de esa unión, bendecida por Dios, llegaron tres preciosos nietos: Luis, Daniel y Álvaro, que eran la adoración de la abuela.

El tiempo no se detiene. Los años nos vuelven más lentos. Llega la hora de la retirada. Pero, la despensa era la vida de la Sra Piedad. “De aquí sólo me sacan muerta”, dijo con una angelical sonrisa mientras seguió vendiendo sus helados.

Manta lloró la muerte de doña Piedad Pinoargote de Reyes y la Despensa Piedacita cerró sus puertas.

Una tarde, un señor de edad estaba parado frente a la despensa cerrada y se le preguntó a quien buscaba. “Estoy esperando que abra la Despensa para comprar helados”, dijo.

LEYENDA.

Mas, la tradición no muere. Su hija Gina comenzó a preparar los helados con la fórmula secreta de su madre. Cuando los vecinos y viejos clientes se enteraron, la felicitaron.

Gina, “la tradición no muere”, le dijeron sus amigos. La tradición se convierte en leyenda. Helados Piedacita es una leyenda de sabor en la gran ciudad de Manta, Ecuador. (Joselías, 2021-06-20)

Soy la vida hasta que muera. Historiador y cronista de Manta - Jocay, mi ciudad puerto de Manabí, Ecuador. Periodista - Docente en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador - Mis estudiantes me llaman "Maestro de la sonrisa eterna". Mi Facultad me declara "Patriarca de la Facco". Para mis lectores soy un "Diálogo con Joselías". Soy amante de la vida, río a carcajadas, con Cecilia somos una familia de cuatro hijos y nueve nietos, por ahora. Bailamos "chévere". Nací junto a las olas, vivo frente al mar, converso y río con mis padres que siguen iluminando mi vida aunque estén muertos. Mis hijos son maravillosos. Cada uno de ellos me llena de asombros. Los amigos son libros abiertos para la descontextualización de la relación humana. Proclamo la paz y respeto la diversidad.

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