MANTA: CIUDAD VERDE
Joselías Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2021-01-17.
Hola. Convivir en una ciudad verde es el sueño de los mantenses.
¿Por qué? Porque una ciudad verde es una ciudad resiliente, saludable, ecológica y sustentable, un territorio donde los niveles de contaminación son bajos, existen abundantes espacios naturales para el disfrute de los habitantes y se ha implementado un urbanismo resiliente, donde la naturaleza y los ciudadanos conviven en armonía, se cuidan, se relacionan y, desde sus familias, se educan en el respeto mutuo con el medio ambiente.
Para convertir a un territorio urbano en una ciudad verde, sus habitantes e instituciones priorizan criterios medioambientales en la construcción de sus viviendas, en el transporte, comercio, educación, producción de bienes y servicios, para mejorar la calidad de vida y hacer frente a los desafíos ecológicos de la humanidad.
RESPUESTA AL COVID-19.
La pandemia resquebrajó el sistema habitual de la vida en nuestras ciudades. Manta es una ciudad víctima. Vida y muerte se hermanan sin descanso ni sosiego. La alternativa es simple. Si cumples las medidas de bioseguridad, vives. Si las incumples, mueres.
Nada volverá a ser como antes. Por tanto, debemos prepararnos para la “nueva normalidad” en la que prevalezca la conservación del medio ambiente, la calidad de vida para el bienestar familiar y el desarrollo humano global en armonía con la naturaleza.
UN GRAN SUEÑO.
Este es el gran sueño de los mantenses.. Los jóvenes, sobre todos, están tratando de convertir a Manta en una ciudad verde. Ellos conviven dos cercanas tragedias: la gran tragedia del terremoto (2016) y esta tragedia de la pandemia del coronavirus (2020-2021).
Una de las activistas más comprometidas es la Ing. Marciana Valdivieso de Poveda quien, a su dinamia personal, suma su condición de concejala. Ella dice: “Sueño con un Manta verde y colorido, de mujeres libres de acoso y muerte, de niños sin miedo correteando en las calles y subiendo a árboles, sueño con un Manta donde los ancianitos no sufran necesidades económicas ni de salud, sueño con un Manta sin indiferencia”.
Un gran compromiso que nos lleva a recordar que “Ningún soñador es demasiado pequeño, ni ningún sueño es demasiado grande.”
PARTICIPACIÓN.
Para transformar a Manta en una ciudad verde, es indispensable la participación de los habitantes y de sus instituciones.
Desde que se llamaba Jocay hasta convertirse en Manta han transcurrido unos 1.500 años. Es el tiempo de su vida histórica. En este espacio territorial conviven una población de 270.000 personas, una sociedad organizada, dedicada a las actividades portuarias, mercantiles, pesqueras, industriales y turísticas. Su niñez y juventud se educan en unidades educativas privadas y estatales, listos para estudios académicos en su Universidad Laica.
Manta posee una infraestructura urbana que satisface las necesidades de sus habitantes. Sin embargo, frente a su vertiginoso crecimiento poblacional y urbano, los servicios públicos ya no abastecen. Entonces, vienen los reclamos, precisamente de quienes llegan a vivir en su territorio.
Los habitantes nativos, los habitantes actuales y los que están llegando, todos las familias de la ciudad, deben crear una cultura de participación para asumir el derecho de ciudad, ese derecho de convertirla en una CIUDAD VERDE para lograr una adecuada y mutua relación con la naturaleza, con el medio ambiente, para producir calidad de vida, bienestar familiar y desarrollo sostenible.
CALIDAD DE VIDA.
Calidad de vida es la aspiración de toda persona para satisfacer sus necesidades materiales, culturales y emocionales. Lo importante es la vida humana.
El bienestar familiar es el conjunto de cosas necesarias para convivir bien entre todos los miembros de una familia e incluye, la armonía, la salud física, la ocupación, la educación, la recreación y lo espiritual.
Para lograr, “calidad de vida y bienestar familiar”, hay que participar, hay que comprometerse para transformar a Manta en una ciudad verde.
Este derecho, como individuo y como familia debemos transformarlo en una obligación de cada ciudadano, niño, hombre o mujer.
Todos queremos vivir y convivir en una ciudad verde que detenga el calentamiento global, que proteja la naturaleza y sea escenario de calidad de vida, bienestar y un desarrollo sostenible.
LIDERAZGO VERDE
Todos quienes sueñan a Manta como una ciudad verde, usted por ejemplo, deben asumir el liderazgo verde para participar juntos en esta gran aspiración.
El liderazgo verde implica una ciudadanía activa, participativa y de colaboración familiar para animar los esfuerzos de los líderes sociales comprometidos en convertir en realidad este sueño.
Este participar y comprometerse es el primer derecho y la primera obligación que vamos a asumir al iniciar la tercera década del tercer milenio.
La primera tarea es simple: mirar nuestros recursos. El recurso agua es escaso. El recurso aire está contaminado. El recurso suelo está comprometido.
Son recursos indispensable para vivir. El suelo convive con nosotros. Comprometamos nuestro liderazgo y esfuerzos para defender el suelo.
Empecemos con nuestra casa y sembremos allí un huerto familiar. Sigamos con nuestro barrio, conversemos con los vecinos, sembremos árboles para producir oxígeno, mantengamos limpias las calles, eduquemos a nuestros niños para convivir en armonía con la naturaleza.
Es nuestra gestión ambiental como líderes verdes de la ciudad de Manta. Bienvenidos. (Joselias, 2021-01-17)
Excelente la propuesta y el proyecto. Requiere eso si, del comprometimiento de cada habitante de esta querida ciudad. Manta es una casa donde habitamos todos y cada uno de nosotros tiene obligaciones de velar por la conservación, el aseo, el orden, el mantenimeinto de esta casa grande que de todos.
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