SALTAMONTE ENAMORADO.
Tres saltamontes llegaron en la mañana del domingo de pascuas. Uno de ellos, el más audaz, se posó en la mano de Julitza donde permaneció largo rato.
Curioso, me acerqué, lo miré, y le dije:
_ Pepe Saltamonte, ¿por qué no te quiere ir de la mano de Julitza?.
Frotando sus patas traseras contra las alas, me respondió:
_ “Porque su piel es suave como la seda y huele a hierva fresca“.
En ese momento sonó el pasillo “Aromando“ de Manuel Andrade Ureta que cumpliría un natalicio de 103 años:
“La tarde irà zurciendo, mil puentes de violeta, para llegar a tiempo, a tu reinado santo.
Con ella van los reyes, los versos y el poeta, y blancos jazmineros, para aromar tu encanto.
Mañana los luceros, saldrán a conocerte, y dejarán sus versos, sobre tu piel de seda.
Se vestirá mi aliento, de azul para ofrecerte, el aire perfumado, la luz, la primavera.“

_ Pepe Saltamonte está enamorado de Julitza, dije.
_ No diga eso, Grígory se puede disgustar, dijo frotando frenéticamente las dos patas contra su ala, y saltó hacia el palo de grosellas al que Julitza le dio cinturonazos a la media noche del viernes santo.

Cuando aparece el coronavirus todo ocurre, hasta los saltamontes se enamoran. (Joselías, 2020-04-12)
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