Historia

Coronavirus y sabiduría ética.

No sabemos como será el mundo después de esta pandemia que hizo surgir nuevas falencias a nuestra condición humana.

CORONAVIRUS Y SABIDURÍA ÉTICA.

Joselías Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2020-04-05

Hola. No sabemos como será el mundo después de esta pandemia. El coronavirus hizo surgir nuevas falencias a nuestra condición humana. Nos llenó de temor e incertidumbre, puso en evidencia nuestros errores y horrores. Generó dudas sobre la gobernanza y sus liderazgos. Llenó de conjeturas al aparato productivo que se mostró incapaz para comprender lo que estaba sucediendo. Puso en aprietos a la vida humana que blasfemó de la ciencia y fortaleció la espiritualidad.

MUNDO AGRIETADO.

A pesar de la emergencia global sin precedentes, el país más poderoso de la tierra registra más de 300.000 contagiados con el coronavirus y contempla impávido cómo se mueren en las calles de Nueva York. Pero, a su líder, a su presidente, nada lo inmuta y desvía la atención para acusar a China de que su número de muertos es mayor que el los EE.UU. Y, para alarmar a la América Latina, le pone precio a la cabeza del presidente venezolano, moviliza a su armada naval y se prepara para una invasión.

De qué mundo solidario pueden hablar las grandes potencias si son ellas las que llenan de iniquidad a la sociedad humana. Esparcen la epidemia, la llaman pandemia y desbaratan las economías de los países suramericanos para poner en aprietos a sus gobernantes mientras ejercen la censura global a las opiniones divergentes como la del presidente brasileño.

Cuando la pandemia concluya, los futuros seguirán siendo desiguales. La inteligencia artificial y las tecnologías de la comunicación e información, con sus plataformas digitales e internet, se habrán apoderado de la educación, del trabajo, de la recreación, de los ritos religiosos, de la administración pública, de la economía, mientras las redes sociales habrán impuesto su postverdad distorsionando de manera deliberada la realidad con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales.

Entonces, perplejo, te preguntas: ¿Qué es más importante, la inteligencia o la conciencia?

ECUADOR.

El Ecuador del post coronavirus es impredecible. La desesperación de hoy hace que la gente reaccione de diferente manera. Ecuador aparece ante el mundo como una república con indisciplina social y una gobernanza desacertada que no logra controlar la pandemia.

En este segundo mes del coronavirus, pareciera que la divergencia se convierte en odio y la confianza en desaliento.

Percibo cuatro hechos: Uno, una ingerencia más radical del Estado en nuestras vidas y en nuestras instituciones. Dos, a pesar de lo anterior, un sistema de gobernanza en crisis y la ausencia de liderazgos. Tres. la agudización de la crisis económica por la recesión de nuestras empresas y la falta de trabajo. Cuarto, una guerra mediática por informar y desinformar.

Se prolonga la cuarentena, el estado de excepción y el toque de queda; si no cumples te encarcelan. El gobierno central retira fondos de los gobiernos seccionales cuya autonomía y descentralización es un canto de sirena. La crisis de la gobernanza es propicia para la corrupción que sigue galopante sin líderes que la confronten. La desocupación hace temblar a la economía popular que comienza a desesperar por falta de comida. La política es mediática y virtual; entre verdades y postverdades, el coronavirus resulta ridículo.

Lentamente, la honestidad y el pensamiento objetivo está siendo reemplazado por la postverdad.

Entonces, perplejo, le preguntas a los ecuatorianos: ¿Qué sentido tiene nuestra vida en esta encrucijada de desconciertos?

MANTA. MANABÍ.

Manta es el reflejo de Manabí. Lo que ocurra en Manabí repercute en Manta y viceversa. Mientras el coronavirus avanza velozmente le pregunto a mis conciudadanos: Si los manabitas tenemos una identidad cultural, ¿tendremos una inteligencia colectiva para discernir sobre cómo será el futuro de Manabí después del coronavirus?

Dos lecciones trágicas están presentes. El terremoto del 16-A de hace cuatro años por el que pagamos más de 600 vidas humanas. La pandemia del coronavirus del 2020, ¿cuántos muertos nos cobrará?. Dos tragedias terribles para cambiar nuestra cultura social y asumir nuevos aprendizajes de vida.

SABIDURÍA ÉTICA.

Nick Bostrom, un filósofo y transhumanista de Oxford, mientras discurre sobre el futuro de la humanidad plantea la necesidad de una sabiduría ética para explorar nuestra mente y encontrar allí los grandes valores humanos que aún desconocemos.

Aristóteles, filósofo griego, es más severo: “Muerta la muerte, ya no hay muerte“. Pienso, si no hay muerte, tampoco habrá vida. ¿Cómo será nuestro futuro después de esta pandemia? ¿Podremos encontrar la sabiduría ética? (Joselías, 2020-04-05)

Soy la vida hasta que muera. Historiador y cronista de Manta - Jocay, mi ciudad puerto de Manabí, Ecuador. Periodista - Docente en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador - Mis estudiantes me llaman "Maestro de la sonrisa eterna". Mi Facultad me declara "Patriarca de la Facco". Para mis lectores soy un "Diálogo con Joselías". Soy amante de la vida, río a carcajadas, con Cecilia somos una familia de cuatro hijos y nueve nietos, por ahora. Bailamos "chévere". Nací junto a las olas, vivo frente al mar, converso y río con mis padres que siguen iluminando mi vida aunque estén muertos. Mis hijos son maravillosos. Cada uno de ellos me llena de asombros. Los amigos son libros abiertos para la descontextualización de la relación humana. Proclamo la paz y respeto la diversidad.

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