BALSAMARAGUA, BATALLA NAVAL POR LA VIDA.
Joselías Sánchez Ramos / sjoselias@gmail.com / 2019-12-06.
Hola, amigos. El 6 de diciembre no es sólo el “Día de Quito”, es tambien el “Día de Jaramijó”, cantón manabita, Ecuador, que recuerda el “Combate naval de Balsamaragua” que tuvo lugar en el mar circundante de Jaramijó, el 6 de diciembre de 1884.
BALSAMARAGUA.
Es el nombre de una playa de la Bahía de Jaramijó. Frente a esta costa, hace 135 años, en la madrugada del 6 de diciembre, los buques gobiernistas “Huacho” y “9 de Julio” se enfrentan con el buque “Alajuela o Pichincha”, comandado por el Gral. Eloy Alfaro.
ALAJUELA.
Alfaro, quien se encuentra en Panamá, regresa al Ecuador en el buque “Alajuela”, posteriormente bautizado como “Pichincha”, que lo compra con el aporte económico y moral de Luis Vargas Torres. Completamente armado para la revolución, llega a Esmeraldas el 23 de noviembre de 1884.
En el “Alajuela o Pichincha”, llega a Manabí donde enfrente a las fuerzas gobiernistas. Triunfa en Charapotó pero es derrotado en Portoviejo el 1 de diciembre tras feroz combate cuerpo a cuerpo. En su retirada se dirige a Bahía de Caráquez donde aborda el “Alajuela o Pichincha”.
Capitaneado por Andrés Marín y con 72 hombres entre tripulantes, oficiales y tropa de voluntarios liderados por el Gral. Alfaro, el Alajuela zarpa en la madrugada del 5 de diciembre con dirección a Jaramijó.
COMBATE NAVAL.
Navegando hacia el sur se encuentran las naves gobiernistas “Huacho” y “9 de Julio” que habían anclado en Charapotó para desembarcar tropas gobiernistas.
Frente a las costas de Balsamaragua, en la madrugada del 6 de diciembre los revolucionarios toman por sorpresa al “Huacho” que, al abordarlo encuentran a 400 soldados gobiernistas que son capturados y se dispone llevarlos al Alajuela. Durante esta operación aparece el “9 de Julio” en la zona de combate “escupiendo fuego y plomo, barriendo la cubierta de la nave revolucionaria con nutrido fuego de ametralladoras”, relata Efrén Avilés Pino en su Enciclopedia del Ecuador.
En la desigual lucha, las instrucciones de Alfaro son precisas: incendiar el buque y enfilarlo hacia la playa. Entre el chocar de sables y machetes, gritos de aliento y estertores de la muerte, tras cuatro horas de lucha, se escuchó el estallido de la explosión.
Mientras el Alajuela va rumbo hacia la playa, se lanzan al agua los montoneros navales. Alfaro, agotado, se aferra a un barril para mantenerse a flote porque no sabía nadar.
Así, de esta manera, termina la corta pero gloriosa vida de esa histórica nave revolucionaria.
BATALLA POR LA VIDA.
La batalla naval de Balsamaragua, es una poderosa gesta de nuestra memoria social y de la historia ecuatoriana. Plantea un parangón entre la realidad vivida en el Ecuador de 1884 y la del Ecuador del 2019.
La gesta de Balsamaragua es una batalla por la vida porque la derrota del “Alajuela” y su incendio en el mar, demostró el arrojo y la audacia de los 72 montoneros navales quienes dieron todo de si para preservar la vida de Eloy Alfaro porque si hubiera sucumbido el líder, no se habría completado la revolución.
Nuestros hitos históricas deben entenderse como un reencuentro con nuestros valores, como una oportunidad para reflexionar el pasado y mirarnos hacia nosotros mismos, para evocar a nuestros ancestros y examinar nuestra actual condición humana.

REENCUENTRO CON LOS VALORES
Los ecuatorianos no tenemos hoy una batalla naval, tenemos una batalla por la integridad de cada uno de nosotros. Debemos incendiar la palabra corrupción con la que nos está educando el poder político.
Esa es la consigna de hoy. Enfrentemos la batalla por la dignidad ciudadana. Los medios de comunicación, los comentarios ciudadanos y los rumores de las redes sólo hablan de la corrupción.
Estamos tan ensartados en el tema “corrupción” que hemos perdido de vista nuestro propio valor humano: los ecuatorianos somos gente honesta. Hablemas de nosotros mismos, de nuesta familia, de nuestros hijos, de nuestros vecinos.
Debemos hablar, escribir y reafirmar la integridad ciudadana. Debemos mirarnos y creer en nosotros mismos. Nos están haciendo mirar a los otros y, en ellos sólo vemos corrupcion. Quieren hacernos creer que los ecuatorianos somos corruptos. Contra eso es la batalla de hoy en día.
UN MUSEO DE LA LIBERTAD.
Reitero la invitación que proclamé hace dos años, Invito a los jóvenes manabitas para rediseñar la memoria alfarista del siglo XXI.
Les planteo emprender la construcción, en Jaramijó, de un gran ”MUSEO DE LA LIBERTAD” donde se preserven los valores del pueblo manabita, donde se reafirme su identidad chola – montuvia, donde se proyecte el Eloy Alfaro Delgado del siglo XXI, donde exista una “Cátedra alfarista para América Latina”.
El plazo para que esta obra esté lista es de cuatro años, hasta el 25 de junio de 2024, cuando Manabí cumpla el bicentenario de su creación provincial.
CONCLUSIÓN.
Eloy Alfaro no es pasado. Eloy Alfaro es futuro. ¿Por qué? Porque Eloy Alfaro no fue sólo un revolucionario, fue sobre todo, y lo sigue siendo, un visionario. Su pensamiento social, político y económico superó el siglo XIX, ha superado el siglo XX y, debe ser hoy, el pensamiento y la consigna de los jóvenes del siglo XXI. (Joselías, 2019-12-06)
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