Teresita del Jesús
Llegó como un suspiro, una sorpresa, una sonrisa y un abrazo de hermana.
Con sus manos llenas repartió ternura. La mañana se hizo más alegre y la música quedó escondida. Ella más alegre que nosotros fue entregando sus presentes como si fuéramos niños, si, seguimos siendo los niños de la gran familia que se reunía en navidad con nuestros padres para ir a la misa y luego a la cena de noche buena que mamá preparaba con tanta alegría.
Su arquitecto sobrino ahijado fue el primero al que dejó “alelado”; Cecilia sorprendida atinó a la gratitud navideña; para su hermano una botella de vino, luego Candy, aquí y allá; no somos los primeros, ella recorre las casas de sus hermanos y sobrinos entregando presentes como una pequeña niña de ternura, es su estilo, su condición de médica psico-geronto-geriatra.
Cecilia entregó los regalos sin envolver, porque todo fue sorpresa, una agradable sorpresa de una querida hermana que todos amamos por su dulzura, sus conocimientos científicos y esa heredad de hacer el bien. Nos recuerda a mamá y a papá.
Y, así como vino, un viento fresco la llevó a seguir su periplo de ternura.
Gracias Teresita.
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